Goles son amores

“Goles son amores…”. En el fútbol terminan siendo el motor que hace andar cualquier proyecto. Fortalece las relaciones con la hinchada. Te mete en la historia. Los goles te hacen necesario, valorado, codiciado, pretendido, pero cuando también los anotas fuera de la cancha, eres hasta imprescindible.

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Hernán Barcos ha renovado su vínculo con Alianza Lima para la temporada 2024. Llegó en la etapa más dura para los “íntimos” en relación a la conformación del plantel. Que el goleador histórico de la Copa Sudamericana aterrice en Perú, representaba un reto para Alianza (más allá de su trayectoria, había jugado poco o nada en 2020) y también para Hernán porque estaba en suspenso el torneo que jugaría. El tiempo le dio la razón a Alianza. Los años hicieron que la alegría sea la marca del gol en La Victoria.

A punta de goles ha forjado su vigencia con la blanquiazul. No existen mediciones que hagan peligrar la continuidad del máximo goleador extranjero en la historia de Alianza Lima. Tampoco un DNI que diga que su calidad tiene fecha de caducidad. Esta temporada no ocupará plaza de extranjero, si necesitaban algún argumento más para la renovación. Un bicampeonato y un subcampeonato nacional avalan su liderazgo en el camarín íntimo. Fuera de la cancha siempre tira mensajes de gente de bien.

En la reciente temporada, en Alianza Lima pusieron en duda que Hernán sea el indiscutible número 9. El colombiano Pablo Sabbag llegó para ser titular. Barcos fue al banco en la Copa Libertadores, pero en la Liga local dejó la marca de 17 goles, uno menos que en 2022. Queda claro que, por encima de las virtudes expuestas en el contexto internacional, Alianza Lima requiere nutrirse con más opciones para fortalecer su ofensiva.

Hablamos de un delantero que no vive del gol, pero los hace. Influye en el juego de su equipo. Cuando un partido pide que se recoja unos metros deja que la inspiración lo invite a relacionarse con sus compañeros para generar acciones ofensivas. Posee juego aéreo, ubicación y definición precisa. Hoy, con 39 años, compensa la falta de explosión con la lectura de los movimientos que le permitan estar siempre donde va a llegar la pelota.

La renovación de Hernán Barcos es un acierto por lo que hizo para adjudicarse el derecho de la prioridad para su firma. Lo que se viene nadie lo puede asegurar. Su compromiso con el trabajo dentro y fuera, sí. Su aporte dentro del camarín también. “Goles son amores”, no lo olviden. En La Victoria están sosteniendo ese romance del “Pirata” con Alianza. Con su historia, en la que se metió hace 3 años. Y de la que no se quiere ir, con goles de por medio.