Corazón para ganar

«Corazón para ganar». Es lo que decían los polos de los jugadores blanquiazules al final del partido. Una frase que resume lo que ha sido Alianza Lima a lo largo de este Torneo Apertura. Un equipo que luchó más de lo que jugó. Porque pudo faltar juego, precisión y picardía, pero jamás faltaron las ganas de ir adelante en busca del resultado. Palmas aparte para Leao Butrón, quien partido a partido demostró que los años no son una excusa para él, y hoy no fue la excepción.

El partido inició con un Comerciantes Unidos bastante motivado en aguarle la fiesta al cuadro blanquiazul. El cuadro local salió con una presión muy alto en campo aliancista, quienes optaron por el pelotazo largo buscando a Pajoy ante la imposibilidad de salir jugando. Ante esto, como ha venido ocurriendo en todo el Torneo Apertura, una vez más Leao Butrón tuvo que poner paños fríos atrás y salvar su portería ante los constantes ataques del cuadro local, mientras que arriba los dirigidos por Bengoechea no fueron preocupación para Rosales.

Sin embargo, sería el segundo tiempo quien coronaría a Leao Butrón como la figura indiscutible del partido. Sin la presencia del arquero, el partido tranquilamente no habría terminado sin goles. El experimentado portero salvó el arco blanquiazul hasta en 5 ocasiones, evitando el grito de gol. Con el pasar de los minutos, poco a poco iban cayendo los cánticos y frases de aliento de los miles de hinchas blanquiazules que viajaron hasta Cutervo para ver dar la vuelta a club de sus amores.

El juez Joel Alarcón hizo sonar su silbato y el Estadio Juan Maldonado Gamarra estalló. La alegría inundó las graderías repletas de hinchas y los jugadores se pusieron a festejar. Las lágrimas de Aguiar al final del partido reflejan lo que este equipo tuvo que sufrir y pasar para llegar hasta ahí. Un equipo que se caracterizó por la garra y el empuje antes que por el juego bonito que lo tiene marcado como esencia, pero eso hoy es lo que menos importa en tienda blanquiazul.

Con esto, Alianza Lima se asegura un lugar en la próxima edición de la Copa Libertadores y un sitio exclusivo en la final de diciembre. El primer objetivo ya está cumplido. En diciembre recién se sabrá si valió tanto la pena sufrir para llegar hasta ahí y si la sequía de once años sin ser campeones nacionales llegará a su fin. Por ahora solo queda celebrar.