Una jugada definió el partido de hoy en el Estadio Olímpico de Roma. En una contra dirigida por Felipe Anderson, Ciro Immobile le cedió el balón en el área chica al joven Gustav Isaksen quien, tras enganchar hacia dentro, recibió directamente los toperoles de Dayot Upamecano abajo.

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A primera vista y en la toma general, la jugada no se destinguía del todo bien. Sin embargo, la seguridad del francés François Letexier al expulsar a su connacional indicaba que no se había equivocado.

La pena máxima la cobró Inmobile, el goleador del equipo con 4 anotaciones, y no falló.

Así se puso la balanza hacia un lado en un partido que estaba más o menos equiparado con un Bayern con posesiones largas, pero sin peligro desbordante por las bandas —Jamal Musiala hizo lo que pudo por el sector medio del campo—, algo que cambió ligeramente tras el retardado cambio de Leroy Sané por Mathys Tel. Más no fue suficiente.

Luego del gol del delantero italiano, Lazio siguió su guion a pesar de la ventaja numérica en el campo. Siempre fue un equipo reactivo: algo que les puede pasar factura cuando visiten el Allianz Arena. Anderson y Pedro fallaron dos ocasiones muy claras a los 90′ y 92′ de juego.

Ahora, el equipo dirigido por Thomas Tuchel, que no registró ni un solo remate al arco en todo el encuentro, está en la obligación de poner en manifiesto el peso de su camiseta y de recuperarse de este golpe, precedido de la goleada por 3-0 sufrida en su último partido ante el Bayer Leverkusen por la Bundesliga. Los grandeza de los equipo se defienden en momentos como estos.