Sí se puede: un día como hoy nació el recordado Freddy Ternero
Un día como hoy, hace 62 años, nació el gran Freddy Ternero, el técnico nacional que se metió en el corazón de todos los peruanos tras comandar a Cienciano del Cusco, el club que hizo historia al ser la primera escuadra peruana en ganar un titulo internacional a nivel de clubes.
Al hablar de Freddy Ternero lo primero que se nos viene a la mente es la epopeya escrita por ‘El Papá’ en 2003 en la copa sudamericana y meses después en la Recopa Sudamericana 2004. Cienciano derrotaba a River Plate y Boca Juniors, respectivamente.
Sin embargo, hablar de Freddy es hablar de un hombre que no solo fue técnico, sino un amigo y hasta a un padre para sus dirigidos. Y es que es así como lo recuerdan los exCienciano. Como ese hombre motivador, trabajando el tema mental, apoyando al deportista y haciéndoles ver que nada era imposible e hizo inmortal la frase “Sí se puede”.
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Pero la historia de Freddy empieza como futbolista, con camiseta de Universitario. Fue a finales de los años 80 y dejó al cuadro merengue en busca de oportunidades. Ancló en León de Huánuco en busqueda de más chances y pudo coronarse campeón de la Copa Perú con la once huanuqueña.
Luego volvió a Universitario para conseguir los títulos de 1982, 1985 y 1987. Antes de esta última corona, fue monarca con camiseta de San Agustin en 1986. Tras su retiro del fútbol fue asistente del profesor Sergio Markarian en aquel Universitario campeón de 1993 y tras renuncia del uruguayo quedó como DT interino. A fines del 94 salva del descenso a Cienciano, sin pensar que años más tarde lograrían el primer título internacional para un cuadro peruano.
Para el año 2005 se le dio la oportunidad de dirigir a la selección nacional en la recta final del proceso clasificatoria para el mundial Alemania 2006, ello tras la renuncia de Paulo Autuori.Con la Bicolor ganó la Copa Kirin realizada en Japón en 2005.
Luego Freddy incursionó en la política y lamentablemente nos dejó en setiembre del 2015. Ternero fue un hombre amable, luchador, que se le recuerda mucho por su amabilidad, llegando a los estadios siempre de la mano de su pequeño hijo Sebastían y siempre con una sonrisa para los hinchas. Un abrazo al cielo, Freddy.