El abismo de ‘La Banda’
Deportivo Municipal empezó con todo este 2023, pero el cambio de administración lo llevó al descenso.
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Desde que empecé a ver fútbol, allá por los años 90, la imagen que siempre tuve de Deportivo Municipal fue la de un equipo sufrido, angustiado y lidiando siempre con el descenso. Con el fiel hincha haciendo las matemáticas y cruzando los dedos para que los resultados se den en una y otra cancha.
La primera vez que yo vi a Muni perder la categoría fue en el año 2000 (fue la segunda de su historia). Luego de seis temporadas, volvió a la máxima división. El regreso en 2007 parecía ser apoteósico, sin embargo, la alegría solo duró unos meses porque el mismo año bajó.
De ahí en adelante el “Echa Muni” se fue hundiendo. Perdió piso en la segunda división y se fue a la Copa Perú donde tocó fondo al tener que disputar la liga distrital. Poco a poco, ‘La Banda’ logró lo impensado: superar etapa tras etapa hasta volver a la segunda división, llevarse ese torneo en 2014 y volver a primera.
Fue un camino épico, en el que el sufrido hincha edil, gozó con cada encuentro que parecía un capítulo de una serie motivacional en donde lo imposible se convertía en realidad.
El regreso a primera en 2015 no pudo ser mejor. Se logró clasificar a la Copa Sudamericana y en 2016 sacaron boleto para la siguiente Copa Libertadores.
Además, estuvieron a dos penales de llegar a la final del torneo peruano, en aquel cruce de semifinales con el Sporting Cristal en el Estadio Nacional. Aquella fue la última tarde donde ‘Muni’ estuvo más cerca de volver a disputar una final.
De ahí en adelante las cosas se fueron complicando en lo administrativo y se vio reflejado en lo deportivo. El dinero no alcanzaba e hizo su aparición Edificaciones Inmobiliarias, una empresa privada que postuló para tomar la administración del club por 12 años.
Logró el manejo del club por mayoría de votos, pero, el grupo de socios que no estuvo de acuerdo se dedicó a hacerles la vida imposible.
El final de la lucha llegó en este 2023: después de tanto apedrear el tablero, la empresa privada decidió dar un paso al costado.
Era un 2023 donde Municipal tuvo un comienzo brillante. Christopher Olivares y Fernando Pacheco dirigían la orquesta del gol. Kevin Peña, Williams Guzmán y Leonel Solís eran los pulmones de ese mediocampo. Fernando Evangelista y Rotceh Aguilar formaban parte de esa sólida defensa. Todos ellos se fueron por falta de pago, al igual que Luis Ramos que ancló en los Chankas para ser el goleador y darle el ascenso a primera.
Se fueron ocho jugadores claves más el técnico Comizzo que, al final de cada compromiso antes de hablar de fútbol, agradecía al plantel por su entrega pese a no cobrar.
Insostenible era la palabra que retumbaba los rincones del Iván Elías Moreno. Lo mínimo que puede tener un equipo de fútbol previo a un encuentro, es una pequeña mesa donde los jugadores pueden servirse un café, pero ni eso había en Deportivo Municipal. Había que rascar la lata de un café tradicional. Lamentable.
Si para mí como periodista era deprimente ver esta situación, no me quería imaginar cómo se sentían los futbolistas, quienes tenían que ser bien tratados por su institución que al final de cada partido no sabia decirles donde se entrenaba el lunes. ¿Y por qué? Porque no sabían si iban a poder pagar el alquiler de la cancha. Así eran esas tardes previas a un encuentro.
A veces no había ni para la pita del té. Todo salió, a mi parecer, milimétricamente mal. Como que todo lo malo fue calculado.
El club se fue por lo administrativo. Y la pregunta que me hago cada vez que viene a mi mente el tema es: ¿Qué le pasó por la cabeza a Samuel Astudillo para reclamar el mando de un equipo sino tenía como mantenerlo?
Qué pretendía el señor Astudillo al tomar el poder de un equipo que, desde el primer mes que lo tuvo, quedó evidenciado que no sabía cómo sostenerlo.
¿Por qué Señor Astudillo convirtió en un infierno la interna de Deportivo Municipal que se manejaba relativamente bien con la empresa privada?
¿Era acaso las ansias del poder que te da ser el presidente de un club? ¿Participar en asambleas y saber que tu firma tiene mucho poder?
A cualquiera de nosotros las cosas nos pueden salir mal, ya sea por ignorancia en algunos aspectos, por ineptos, o porque simplemente había un interés para que todo salga al revés.
Ojalá un día el señor Astudillo de la cara y responda por su labor como presidente, cargo al que renunció meses después, cuando las cosas se encontraban en un hoyo imposible de salir.
El final de ‘La Banda’ este año fue muy triste. Resta de puntos por falta de pagos, retiro de licencia cuando iban a ser locales y sanciones que iban desde lo económico hasta jugar sin público.
Aquellos partidos sin público en el Iván Elías Moreno eran como los últimos días de un enfermo en un hospital sin poder recibir visitas. Cuando el apoyo del hincha más se necesitaba, no podían estar ahí por el paupérrimo manejo administrativo.
Mis respetos por Matías Pérez García, Pablo Erustes, Carlos Solís, Steven Rivadeneyra, Christian Flores, Jair Céspedes y otros experimentados, así como los jóvenes que pudieron debutar en primera y que entraron al campo con un profesionalismo impresionante. A pesar de que, a fin de mes, sus cuentas bancarias muchas veces no recibían ni las gracias.
El Muni se fue y no sabemos cuando volverá. Tal vez sea pronto o tal vez no. La preocupación y el deseo del hincha adulto de la ‘Academia’ es volver a ver a su querido Municipal en primera.
Un anhelo que se podría cumplir si llega la gente capacitada para manejar una escuadra con tanta historia. Y que no caiga en manos de gente que no se sabe cuál fue la verdadera intención de gobernar el club y termina llevándolo al abismo.