Hoy en día, el momento de Napoli no es el mejor en la liga italiana. Le cuesta. Y mucho. No es el mismo equipo categórico, contundente y que superaba al rival de principio a fin tal como ocurrió la temporada pasada.

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El campeón italiano no luce, no muestra su mejor versión futbolística. Y los resultados lo han reflejado así: tres derrotas en sus últimas cuatro presentaciones por la Serie A. Esto ha originado que se aleje de los primeros lugares y que sus rivales directos lo aprovechen muy bien en esta campaña tan irregular de la escuadra del sur de Italia.

En sus últimos dos compromisos, Napoli tenía la oportunidad perfecta para acortar distancias y así seguir soñando con el Scudetto. Al frente, estaban Inter y Juventus, el primero y segundo de la tabla.

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Era el momento idóneo para que los Napolitanos se demuestren así mismos de lo que eran capaces y ver hasta donde podían llegar. Resultaba clave tener ese golpe de autoridad que muchas veces es tan importante y necesario para levantar a un plantel desde lo anímico pero sobre todo en materia futbolística.

También hay que reconocer que la escuadra de Walter Mazarri sí compitió frente al ‘neroazurro’ y ante el elenco de Turín. Les hizo buenos partidos, los complicó enormemente y los superó en el juego gran parte del compromiso, pero cometió un error gravísimo: la falta de gol. La falta de contundencia. Esto llevó a dos derrotas consecutivas, dos derrotas muy duras desde todo punto de vista.

Es evidente que si no anotas y no marcas una diferencia sobre el rival, de nada te sirve al final de los noventa minutos. Las estadísticas de la posesión de la pelota, de los remates a portería pasan a un segundo plan si no te centralizas en ganar los partidos.Un tema que parece sencillo pero que en realidad no siempre se da.

Y es justamente lo que le viene pasando al Napoli. Llevar lo que sucede en la cancha al resultado. La complejidad radica ahí. Cuando eres más que tu oponente pero te vas con las manos vacías. Y el plantel lo sabe. Más aún con una enorme cuenta pendiente: ser eficaz. Tener que meterla. Embocarla como sea. Por algo, solamente anotó en un partido de los últimos cuatro que jugó. Una realidad dura pero cierta. Puesto cinco a catorce puntos del líder Inter.

El campeón debe reaccionar lo más pronto posible, debe tener ese coraje e hidalguía para superar esta crisis de resultados. Esa rebeldía que le permita seguir soñando con un nuevo título ¿ Lo conseguirá?