Universitario de Deportes y su prioridad táctica
“La táctica sin talento no es suficiente, pero el talento sin táctica es inútil” destaca Guardiola y esta reflexión cobra relevancia en el contexto de Universitario de Deportes, donde nos encontramos en el escenario de convivir con la elección de un entrenador sujeta a un dibujo táctico.
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El sistema de juego 1-3-5-2 tuvo su origen en la década de 1980, aunque existe cierta controversia sobre su creador. Mientras algunos sostienen que Ciro Blažević, entrenador del Dinamo Zagreb, lo concibió en 1982; otros argumentan que Carlos Bilardo, director técnico de la selección Argentina, lo desarrolló durante la Copa del Mundo de 1986. A pesar de la incertidumbre sobre su autoría, se popularizó en Europa en la década de 1990, especialmente en Italia. Adaptándose a la mentalidad del fútbol italiano, que prioriza llenar el centro del campo y participar en batallas tácticas, este sistema ofrece una defensa sólida con tres defensores centrales y la posibilidad de ataque por los costados que lo convierte en una táctica versátil y efectiva en diversas situaciones de juego.
La efectividad demostrada de este sistema en nuestro fútbol se confirma por el hecho de que el campeón reciente ha brillado al emplear esta formación y Alianza Lima también adoptó esta táctica en el año 2021. En otras palabras, dos de los tres campeones nacionales más recientes se han fundamentado en este enfoque.
Como todo sistema, también presenta ciertas debilidades, como la necesidad de contar con roles específicos para un funcionamiento efectivo y la vulnerabilidad en los laterales debido a la existencia de espacios, lo cual podría ser aprovechado por los rivales con extremos veloces y subidas de los marcapuntas.
La principal fortaleza de Universitario radica en la conservación de su núcleo de jugadores, quienes pueden ser integrados en la estructura táctica previamente mencionada. La ausencia de un entrenador actualmente resalta la prioridad dada a la continuidad del esquema táctico en lugar de centrarse en la identidad del estratega y los futbolistas. Sin embargo, esta decisión podría llevar al riesgo de limitarse a un único enfoque, reduciendo las características individuales de los jugadores.