Antes de cerrar el año es casi una “obligación” periodística hacer un repaso o, mejor dicho, evaluación de la temporada futbolística de los jugadores en el extranjero. Debemos partir de la base que, en primer lugar, no son tantos.
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Son casi 30 los peruanos que compiten fuera de estas latitudes y de hecho son cada vez menos. Por otro lado, en su mayoría compiten en ligas menores y los pocos que no, lo hacen en equipos que no suelen pelear en la parte alta de la tabla. Por eso es de especial relevancia destacar aquellos que logran sobresalir individualmente jugando fuera del país y más aún si alguno de ellos lo hace con algún título.
Guerrero (39) y Lapadula (33) son dos de estos ejemplos, el primero cerrando un año de forma espectacular y el segundo con un semestre inicial de enorme relevancia tanto personal como colectiva. Paolo, en vísperas de su cumpleaños número 40, consiguió levantar un nuevo título a nivel internacional y lo hizo, para sorpresa de muchos, siendo titular y marcando un doblete en la semifinal.
No perdamos de vista que, antes de llegar a LDU, le tocó salir sin pena ni gloria de Racing argentino, donde, a mi parecer, fue muy poco considerado por Fernando Gago. Esto lo digo no con el fin de realzar el rendimiento del peruano en “La Academia”. Lo cierto es que cuando le tocó jugar, no la rompió. No obstante, recibió muchas menos oportunidades que los compañeros con los que competía por el puesto, quienes tampoco tenían actuaciones descollantes como para mantenerlos indiscutiblemente en el 11 inicial.
De la noche a la mañana dejó Argentina y se fue a Ecuador, el resto es historia: gol en el debut, titular indiscutido desde su llegada y, aunque no faltaron las críticas, tampoco los goles. Un total de 8 (en copa 3 y en liga 5) para conseguir la Sudamericana y meter al equipo albo a la final del torneo ecuatoriano contra Independiente del Valle. Un presente muy auspicioso para el ‘9’ de la selección, de quien hace no tanto tiempo atrás se especulaba con su posible retiro, y hoy se habla de una renovación asegurada e incluso con mejora por parte de LDU.
Por otro lado, con Gianluca fue a la inversa, los primeros 6 meses fueron de ensueño. Hizo goles de todos los colores para lograr el ascenso del Cagliari y como si fuera poco le otorgaron el premio a mejor jugador de la Serie B. Pero como no todo es color de rosa llegó la lesión al tobillo, su operación era impostergable y, como era de esperarse, la rehabilitación llevó tiempo.
Casi 4 meses fuera de las canchas que significaron perderse parte de la pretemporada, el inicio de la Serie A y, como si fuera poco, las cuatro primeras fechas de las Eliminatorias Sudamericanas. No fue el cierre de año esperado, pero sin dudas quedó demostrado que tanto su equipo como la selección extrañaron demasiado al enmascarado.
Por último, no puedo cerrar este texto sin mencionar a Luis Advíncula (33). Es cierto que Boca Juniors no logró levantar la tan ansiada “séptima”, pero el rendimiento del peruano fue excepcional. No olvidemos que en algún momento fue de los más criticados y cuestionados tanto por el hincha como por la prensa local.
Sin embargo, sus actuaciones fueron de menos a más hasta llegar a ser determinantes. En mi opinión, terminó siendo el mejor de los ‘Xeneinzes’ en la Copa Libertadores, además de ser su goleador con 4 tantos. Por si fuera poco, fue ovacionado por la barra en el primer partido que se jugó en la Bombonera, después de la derrota frente a Fluminense en Río de Janeiro. un gesto de cariño que recibieron solo unos pocos jugadores del plantel.